domingo, 5 de junio de 2011

Carácter del Siervo de Dios

Cuando el Espíritu de Dios habita en alguien, existe, de forma natural, el carácter que supera a los demás, que no lo tienen. Es el carácter de Dios.

Noé, Job y Daniel fueron siervos que, por causa de eso, sobresalieron sobre los demás.

Toda la historia de Noé, por ejemplo, se resumía en un único versículo: “Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé”. Génesis 6:9

Job no era diferente. “Hubo en tierra de Uz un varón llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal”. Job 1:1

Daniel también, aun en el cautiverio en Babilonia, decidió, “en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía…” Daniel 1:8; Esto es, se puso como condición no disfrutar de los manjares del rey, cuanto más en lo que se refiere a los demás pecados.

El carácter Divino se resume así:

1 – Íntegro y recto – relación con el semejante;

2 – Temeroso a Dios – relación con Dios; y

3 – Desviarse del mal. – relación de si mismo con el mundo.

Quien vive dentro de esos parámetros, sobrevivirá en este mundo y alcanzará la vida eterna.