lunes, 4 de octubre de 2010

Hermanos bendecidos

Hermanos bendecidos
Por Bernardo Stamateas
Lucas 15:11,22" Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde y les repartió los bienes. No muchos días después juntándolo todo el hijo menor se fue lejos a una provincia apartada y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente. Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre y comenzó a faltarle. Y se fue y se arrimó a uno de los ciudadanos el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos. Y volviéndose en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan y yo aquí perezco de hambre! Me levantaré e iré a mi padre y le diré: padre he pecado contra el cielo y contra ti, ya no soy digno de ser llamado tu hijo, hazme como a uno de tus jornaleros. Pero el padre dijo a sus siervos: sacad el mejor vestido y vestidle y poned un anillo en su mano y calzado en sus pies."
A partir de hoy toda mi familia será bendecida y seré un libertador de otras familias, lo declaro en el nombre de Jesús. Amén.
Muchas personas se han peleado con sus hermanos.
Cuando nace un hermanito hay varias cosas que le hacen los chicos: hacerlo comer papel, tirarlo de la cuna, pellizcarlo, morderlo, pincharlo con algo, meterle los dedos en los ojos, atarlo con una cuerda al cuello, echarle agua en la cara.
Los hermanos necesitan sentirse unidos y separados a la vez.
Quieren sentir que tienen un mundo para compartir pero a la vez que son distintos.

Dicen los investigadores que toda pelea entre hermanos es una pelea por el amor de mamá y de papá. Cuando los hermanos se pelean por dinero, por la herencia o por lo que fuese, en el fondo están peleando porque mamá te quería más a vos o papá siempre te quiso a vos.
Favoritismo. Cuando un padre tiene un hijo favorito eso va a traer división entre los hermanos. Cuando un padre realiza comparaciones: "mira tu hermano/tu hermana qué trabajador/a".
¿Alguna vez te compararon con tus hermanos? O cuando los padres ponen rótulos: "éste es el vago, éste es el inteligente, ésta es la loca".
Esta parábola siempre se llamó del hijo pródigo y todo el mundo la conoce pero en ella hay mucha riqueza para revelar. La parábola fue mal llamada porque no se trata de un hijo pródigo sino del corazón del padre. En última instancia es la parábola de los hermanos.
Cuando Jesús contó esta parábola fue como una bomba de tiempo porque debemos entender el contexto en que la contó.
Jesús tenía dos tipos de audiencia: los publícanos que eran los pecadores, las locas, los que se tiraban canitas al aire, los que vivían la vida loca. Los publícanos eran la gente común, la gente que hacía lo que quería, vivía como quería, se peleaban, se gritaban, se insultaban. Y la otra audiencia eran los fariseos, los religiosos, la gente ortodoxa.
Entonces cuando Jesús relató esta parábola en aquella audiencia produjo un enorme malestar, porque ahí estaban los publícanos que eran los liberales, la gente como María Magdalena, como Mateo, la gente común. Y los fariseos que eran los religiosos atados a tres cosas: tradiciones, leyes y ritos.
- Una persona atada a la tradición es un legalista.
- Una persona atada a las leyes humanas es un legalista.
- Una persona atada a los ritos es un legalista.

La palabra fariseo quiere decir "separado". Ellos decían nosotros no podemos dejar que nos contaminen, nos vamos a separar de lo inmundo. Pero después fueron un paso más y se alejaron no sólo de lo inmundo, sino de los inmundos. Porque lo inmundo y los inmundos es lo mismo.
En una oportunidad Jesús explicó que no son las cosas de afuera sino lo que sale del corazón lo que contamina. Pero para ellos todo contaminaba. Entonces se separaron de los inmundos y después fueron aun más lejos, y se separaron de todo el mundo. Porque todo era un posible contaminante. Ellos vivían separados para cuidar su santidad y para demostrar su amor a Dios.
Los fariseos tenían un convenio con el sistema romano. Éstos eran los encargados de hacer política y los fariseos de juzgar espiritualmente. Porque al sistema religioso legalista lo que le interesa es tener el poder espiritual sobre el pueblo para determinar lo que el pueblo puede hacer o no puede hacer.
Y Jesús hablaba y no aburría. Jesús hablaba y era una palabra fresca. Entonces los publicanos, las locas, la gente común corría de a montones para recibir al Señor. De hecho, todos los apóstoles del Señor eran de Galilea, no había ningún religioso. El único fariseo que se convirtió en la época de Jesús fue uno sólo. Jesús sólo pudo ganar a uno: Nicodemo. Pero los publicanos corrían de a miles. Entonces cuando los religiosos veían que la gente escuchaba a Jesús de buena gana empezaron a pensar cómo matarlo. Porque cuentan los evangelios que los religiosos decían: "nos están sacando a la gente, ¿sobre quién vamos a tener autoridad?". Los fariseos odiaban a los publicanos pero los querían tener para castigarlos.
En la Biblia Jesús nunca citó a un fariseo para dialogar, nunca dijo vamos a hacer un encuentro para ver qué puntos tenemos en común. Jamás tampoco armó una comisión para ir a lastimarlos. Jesús hacía su tarea pero cuando los fariseos lo provocaban, Él les respondía.
En una oportunidad les dijo: "ustedes son unos hijos del diablo, son serpientes, podridos por dentro, sepulcros blanqueados". Porque ellos buscaban matar literalmente a Jesús.
Aquí tenemos la audiencia: publicanos, gente normal, trabajadora, locos, y religiosos. Jesús les anuncia: "les voy a contar unas historias y les cuenta que había un hombre que tenía unas ovejitas, perdió una de ellas y dejó las noventa y nueve para buscar la oveja perdida. ¿Quién era la oveja? El no cristiano, el incrédulo.
Jesús continúa diciendo que dejó las noventa y nueve, encontró la oveja perdida, la cargó e hizo fiesta. Los fariseos empezaban a ponerse mal porque no entendían cómo uno va a buscar una oveja y a hacer fiesta. No entendían que el que buscaba la oveja era Jesús, y el que hacía la fiesta era Dios.
Y Jesús les cuenta otra historia: "había una mujer que tenía unas monedas y perdió una moneda y se puso a buscarla por todos lados y la encontró, e hizo fiesta, porque así es cuando uno conoce la salvación". Los fariseos seguían mal hasta que al final les tira la dinamita que es esta historia. Jesús les cuenta que hay dos hijos, uno mayor y uno menor. ¿Por qué en la parábola hay dos hijos? Porque uno representa al publicano y el hermano mayor que se queda en la casa al fariseo.
Ésta es la primera revelación: hay dos sistemas que quieren robar a mis hijos:
  1. el sistema anti-Dios y
  2. el sistema religioso.
Si nosotros aprendemos a quebrarlos vamos a recuperar a nuestros hijos, a nuestra generación y a nuestras familias para el Señor.
El primer sistema es el sistema anti-.Dios, lo que la Biblia llama: anti-mundo. En la parábola uno de los hijos fue y le dijo al padre: "papá dame los bienes, no voy a esperar que te mueras, quiero gastarlos ahora". Jamás un hijo podía pedirle la herencia en vida al padre. Así que cuando Jesús empieza a contar que el hijo le pide al padre la herencia, ya los fariseos pensaban: "a ese hijo hay que echarlo".
Y entonces el hijo se fue y gastó todos los bienes. Porque este sistema que va a tratar de capturarnos es el sistema "viví la vida loca, disfrutá de la vida, buscá la verdadera libertad". Pero es un sistema tramposo porque ese chico gastó todo sus recursos y terminó comiendo con los cerdos.
El sistema anti-Dios, el sistema mundo te quiere hacer creer que no necesitás de Dios, que la verdadera libertad es hacer lo que querés. Pero este sistema lo único que hace es robarte tu herencia, es hacer que todos te abandonen: Cuando el muchacho tenía dinero todos los amigos estaban con él, cuando perdió el dinero perdió los amigos, perdió todo.
Este sitema:
* es un sistema corrupto en el que nadie te ama
* es un sistema que te dice: "viví la vida loca, sé feliz, no necesitás del padre, disfrutá y hacé lo que quieras, mientras que no te metas con el otro.
Pero terminás sólo, sin trabajo, sin Dios, en el chiquero. Terminás muerto.

Cuando Jesús relataba eso los fariseos seguramente pensaban por dentro: "muy bien se lo merecía, sin vergüenza, iba a terminar con los cerdos, ¡pecador!". Pero Jesús continuó diciendo que este hijo tocó fondo porque estaba con los cerdos, le habían fallado los planes. Plan A: planeó disfrutar la vida pero se le acabaron los recursos. Plan B: llamó a los amigos pero nadie lo ayudó. Plan C: trató de vivir con los cerdos pero tampoco pudo porque ese sistema anti-Dios, que está robando nuestras generaciones, es un sistema que no se lo puede destruir con planes humanos.
Pero en este tiempo vamos a recuperar a todas las familias que el sistema se ha chupado porque van a volver a la casa de Papá y van a experimentar el amor y el perdón de Él.
Yo profetizo que todos los que están viviendo la vida loca, que todos los que están en la droga van a tocar fondo, y cuando toquen fondo ellos volverán a la casa de Papá. Y Papá los recibirá para besarlos, vestirlos y abrazarlos. ¡Lo declaramos hoy!
Entonces el muchacho con olor a cerdo dice: "volveré a la casa de papá y le voy a decir dame de comer, pero yo ya sé que estoy desheredado porque le pedí todo, le voy a decir que me haga un peón, el más bajo de todos". Y mientras iba en camino ensayaba: "le diré padre he pecado contra el cielo, contra tí, no soy digno de ser llamado tu hijo, aceme como un peón".
Los fariseos estaban atentos porque lo que el padre tenía que hacer con ese hijo según la ley religiosa era golpearlo, humillarlo, porque ese hijo humilló al papá pidiéndole la herencia. Ese hijo se fue con los cerdos que eran los peores animales inmundos y se fue a ciudades gentiles a gastar todo. Cuando la historia dice que el muchacho volvió en sí y le dijo: "aceme como un peón", los fariseos pensaban que ahí venía lo mejor de la historia, que cuando llegara el padre le diría: "basura, ahora venís, pudrite con los cerdos, vas a ser peón, no vas a ganar nada, estás desheredado, humillaste mi nombre, morite"
Pero Jesús continuó diciendo que cuando el padre lo vio desde lejos, lo estaba esperando; se levantó la túnica y corrió a toda velocidad y no lo dejó terminar al hijo sino que lo besó, símbolo de perdón, y le puso los zapatos, sólo los hijos usaban los zapatos. Lo recuperó como hijo y con el olor a cerdo, sin bañarse le pusieron el mejor vestido.
Dios te va a dar prosperidad material, el mejor traje es para vos porque según el sistema, te lográs escapar deteriorado, pero cuando el Padre te encuentra, el Padre te besa, te llama como hijo, te da la mejor prosperidad y te da el anillo, que es poder para negociar y recuperar la herencia otra vez. Dios te va a dar vestido, te va a dar perdón, te va a dar capacidad para que dejes herencia a tus hijos y a los hijos de tus hijos. El padre de la historia le dijo: "hijo vamos a hacer fiesta".
¡Ese es el corazón de Dios que predicamos!
El padre lo besó, lo perdonó, y mató al becerro gordo del que comían trescientas personas con él, es decir que todo el pueblo vino a la fiesta porque dijo: "éste es mi hijo". ¿Qué les estaba diciendo Jesús? Cuando los publicanos se acercan al amor del Padre, el Padre perdona a esa gente que ustedes dicen mundana, pecadores, liberales. Esa es la gente que el Padre besa, que viste, a quienes les da autoridad y que celebra cuando vuelven al corazón de Él.
Y luego Jesús empieza a describir el corazón del hijo religioso, legalista: el hijo mayor que estaba trabajando en el campo.
Los legalistas fingen ser buena gente pero están llenos de odio. El muchacho vuelve del trabajo y escucha música de fiesta y pegunta: "¿qué es esta fiesta?". Entonces llama a un niño qué está pasando que le responde: "¿no te enteraste? vino tu hermano y papá lo besó, le dio vestido, anillo y el becerro lo estamos comiendo".
Y se quedó afuera. El padre se enteró que estaba el hijo religioso y salió porque él ama a todos: "hijito, tu hermano estaba mal y volvió, lo recuperamos". Y el muchacho contesta: "tu hijo", no le dijo mi hermano porque los legalistas no aman a nadie. "Tu hijo gastó tus bienes", no eran sus bienes porque era la herencia. "Con prostitutas, y yo aquí trabajando", en el fondo envidian a los publicanos.
El hijo mayor le estaba diciendo que según la ley el hijo menor tenía que morir apedreado. Le estaba citando Deuteronomio que dice que si un hijo humillaba al padre debía ser apedreado.

¿Qué le está diciendo el religioso? "No es mi hermano, no me importa y tendrías que haberlo matado" porque el sistema religioso odia.
Ahora ¿por qué ese hijo no se fue de la casa? Parecía bueno pero no se fue porque estaba esperando que el padre se muriera para quedarse con la casa.
Son personas que tienen resentimiento, broncas, que usan la Biblia para lastimarte. Citan por ejemplo Joel 2:28: "te cortaré, te trituraré, te circuncidaré". O Hebreos: "Dios es fuego consumidor". O "Pablo dijo que al cielo se entra con muchas tribulaciones, ¿por qué hablan tanto de bendición si hay que sufrir? Él dijo que para establecer el reino vamos a pasar dificultades". La gente religiosa no ama a la gente.
Y el hijo religioso continuó: "yo siempre te sirvo, soy tu sirviente, yo toda la vida obedecí". El religioso vive por ritos, es un autómata que vive por ritos. En el fondo le está diciendo: "papá vos me tendrías que pedir perdón a mí por perdonar a este tonto, estoy ofendido, yo te serví, yo fui tu siervo". Todos ritos.
¡Sé libre de todos los ritos!
Una chica que quedó embarazada, el líder le dijo: "voy a orar para que el hijo del pecado que estás cargando Dios te lo disuelva". La religión, el legalismo ama los ritos. A un muchacho que es futbolista profesional de Chicago le dijeron que tenía que dejar ese ambiente porque los partidos eran los domingos y ¡el domingo es el día del Señor! El legalismo es ridículo.
Otra característica es ser tacaños. "Yo toda la vida trabajé y ni un cabrito me mataste". Le había dado la herencia pero era tan tacaño que encima quería que el padre le comprara el cabrito. "No me mataste un cabrito para comer con mis amigos". Ni siquiera era para comer con el padre porque no aman a los padres.
Al legalista le encantan las chapas, los títulos. "Yo soy vise-presidente de la asociación". "Fui presidente en varias organizaciones y tesorero...".
"Porque a tu hijo vos lo perdonaste pero se gastó tu plata". ¡No lo amaba al hermano! "¿Sabés en qué gastó la plata tu hijo? En prostitutas". A los legalistas les gustan las fantasías sexuales. Hay personas que para ponerse de novio le tienen que pedir permiso al pastor de su iglesia. A una mujer profesional depiladora le dijeron que tenía que dejar ese trabajo porque podía ser poseída por un espíritu lésbico cuando depilaba.
El legalismo parece la voz de Dios pero no es la voz de Dios. Son ritos, tradiciones, leyes humanas que en el fondo esconden el odio por aquello por lo que Dios hace fiesta.
El legalismo trae fobia. Le enseñan a la gente que no hay que estudiar, no hay que ir al médico; no hay que reírse. ¡Mientras la gente se muere!
Jesús les pregunta a los fariseos: "¿cómo ustedes no han leído?" Porque ellos creían que eran los grandes intérpretes de la ley. Jesús les decía: "¿cómo no leyeron o leyeron mal?" Para ellos todo es peligroso.
El hijo mayor no soportaba que el padre lo hubiera perdonado al hijo menor, porque el padre minimizó el pecado del muchacho. Cuando vino y le dijo: "papá yo pequé, yo me equivoqué y estoy arrepentido". Le contestó: "si estás arrepentido vamos a hacer fiesta". No le dijo: "sentado en el fondo o de pie y sin tomar la santa cena por cuatro meses". No, le dijo. "fiesta".
Celebramos cada día que cientos de personas vuelven al corazón de Papá. Cuando vos te arrepentís y decís: "Papá me equivoqué", Dios hace nueve cosas con tu pecado:
1) lo borra
2) lo destruye
3) lo elimina
4) lo hace desaparecer
5) lo lava
6) lo cambia en blanco
7) lo sepulta
8) lo arroja en el fondo del mar
9) lo olvida

¡La fiesta ha empezado!
Y allí termina la historia. Los fariseos estaban mal, seguramente muchos se fueron. Hay personas que no soportan la Palabra. Cuenta Lucas 16 que Jesús les dice a los discípulos: "muchachos hay que ser sagaz". Porque cuando terminaron de oír esa historia los religiosos buscaron cómo matar a Jesús.
Un día los discípulos le piden a Jesús: "Señor, muéstranos al Padre". Y Jesús les responde: "Felipe, Tomás, el que me ha visto a mí ha visto al Padre". Jesús = el Padre. Tres meses después Jesús muere en una cruz. La historia termina que el Padre muere por haber recibido a un publicano pero después el Padre resucita y hoy está aquí.
Jesús no le dijo al hijo menor: "pegale a tu hermano religioso". No, no se trata de pelear sino de ser libre del sistema religioso, conocer el corazón de Papá y amar lo que Él ama.
Hay gente que tiene mil sueños espirituales, pero no hay sueños. El único sueño a nivel espiritual es el sueño de Dios de que todos los hijos que están lejos y muertos vuelvan otra vez a conocer a Papá. Hay sueños personales, económicos, laborales. Esos son nuestros sueños, pero a nivel espiritual sólo hay un sueño: que toda persona conozca al Señor.
Vos podés ser de los que viven con el vino viejo de la religión y que te moleste esto o aquello. O podés tener un poquito de vino viejo y un poquito de vino nuevo: "como ahora me divorcié, quiero vino nuevo para que me permitan hacer mi vida, pero la alabanza no me gusta". O podés ser de los que han vuelto sin nada con olor a cerdo y decir: "todo nuevo, anillo nuevo, sandalias nuevas, vestido nuevo, fiesta nueva, gozo nuevo, revelación nueva, una nueva criatura. Yo no voy a mezclar los vinos, ¡yo voy a ser libre!".
Moisés bendijo a dos hermanos: Sablón e Isacar. A Sablón le dijo: "Sablón eres feliz emprendiendo viajes, yo declaro que Dios te va a dar alegría y que vas a viajar, todos los movimientos que hagas serán con gozo y alegría, tristeza no dominará tu caminar, gozo dominará tu caminar; harás viajes, estarás de un lugar a otro sin temor, porque Sablón, Dios te hará feliz emprendiendo viajes". A Isacar, que era el hermano carnal, le declaró: "quedándote en tu carpa estarás feliz".
Aquí vemos hermanos distintos: uno que viaja y otro que se queda pero ambos felices. Uno que se mueve y viaja y conquista, y otro que se queda en la tienda. La tienda era el lugar de reflexión. Dios te va a dar cuando estés quieto ideas de oro, revelaciones del Padre. Y cuando te muevas te dará bendición con gozo. Porque Dios va a bendecir a hermanos distintos en diferentes lugares, de vocaciones distintas pero bajo una misma bendición.
Y les dijo a ambos: "invitarán a los pueblos a subir la montaña". Dios te dará la unción de la convocatoria, la gente te va a seguir. Vas a decirle a los pueblos: "vengan al monte del Señor" y la gente te va a seguir. Dios te dará la capacidad de convocar y la gente te va a oír, la gente te va a validar, la gente te va a tener en cuenta. Vas a hablar y la gente va a seguirte por la unción de la convocatoria.
Continúa. "vas a convocar pueblos a la montaña y ofrecerás sacrificios de justicia". Dios te va a usar para que la gente que te sigue tenga justicia. Justicia en la Biblia es recuperar lo perdido multiplicado por siete con paz en el corazón, porque Dios es tu venganza. Vas a ser de bendición a la gente que vas a convocar. Cuando te muevas o estés quieto lo harás con alegría y no habrá lugar que no sea bendecido.
Y agrega: "disfrutarás de la abundancia del mar y de los tesoros escondidos en la arena" porque Sablón vivía cerca del mar y el hermano Isacar vivía en la arena. Donde te aoves Dios te va a prosperar y te va hacer descubrir cosas, los tesoros escondidos. Vienen días de sorpresa, días de bendición.
A todos los que tienen hermanos, y a los que no tienen hermanos de sangre, los tienen en la fe. Donde te muevas lo harás con gozo y cuando te quedes quieto ideas de oro vendrán. Convocarás a la gente, la gente te seguirá y a través de vos recuperarán justicia. Y cuando estés en el mar pescarás prosperidad, y en la arena descubrirás abundancia. Hoy la fiesta ha empezado porque el Padre nos ama y Él está con nosotros para que lo adoremos.
Hoy declaramos que nuestros hijos serán libres del sistema anti-mundo, del sistema anti-Dios. Declaramos que los que tocarán fondo volverán a la casa de Papá, vendrán por el pan pero conocerán a Papá que los ama. Nuestros hijos han sido atados a la luz y a la bendición y declaramos que no hay drogas, no hay alcohol, no hay cárceles, no hay dolor, no hay nada que los pueda detener en el chiquero. Saldrán de ahí y el Padre los besará, los vestirá y les dará herencia. Declaramos que todos los hijos que están atados al sistema religioso serán libres en su mente. Como Nicodemo, nacerán de nuevo a una nueva realidad de un Padre que ama y perdona. Declaramos que miles y miles de personas serán libres sólo por la revelación del Espíritu Santo y conocerán que hay un Padre bueno. Llamamos a las generaciones y declaramos bendición. Padre, levantamos manos y declaramos familias completas y bendecidas, éxito y que la fiesta que ha empezado no se terminará jamás. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario